LA VEJEZ
El
otoño en su rostro vislumbre,
por
las huellas que el tiempo la dejo,
y
en sus ojos perdidos pude ver,
Tristezas
y añoranzas con dolor.
En sus manos la evidencia de una piel,
curtida
y castigada por el sol,
y
en su bella cabellera que antes fue,
hoy marchita, melena gris quedo.
La
inercia y la desgana contemplé,
en
un cuerpo tullido sin vigor,
y
en lo azul de su mirada desvelé,
gran
deseo de ternura y protección
Hoy sus brazos se afanan
por mecer
a
un muñeco que abraza con tesón.
Y
saciando ese instinto de mujer,
Le parte a más de uno el corazón.
Y
al sentir la inocencia de su ser
como la he sentido yo ,
y
al oírla gemir como un bebe
Llamando mi
atención
se desgarra mi alma en mil pedazos
De
pena y de dolor.
Gloria Arnanz Ayuso; 12 -5-2010
.
Precioso...
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