1608 OVNIS EN LOS CIELOS DEL MEDITERRÁNEO

                  

                                                          AGOSTO 1608

Un hecho anecdótico  que me ha llamado la atención indagando un poco entre algunos sucesos de avistamientos de  ovnis a lo largo de la historia  y que podemos encontrar  en un escrito del siglo XVll, fue el que sucedió durante el verano de 1608, en los cielos mediterráneos

Desde comienzos del mes de Agosto los habitantes de la costa mediterránea que abarca la zona entre Genova y Marsella no dan crédito  a lo que esta pasando,  durante largos e interminables  días y presos del pánico, se hacen testigos de una serie de sucesos  que  sin duda atemorizada a toda la población. 

Una lluvia de sangre caídas sobre Niza y varios  lugares de la Provenza, dejan exhaustos a todos sus habitantes, este hecho  junto con varias apariciones de horribles criaturas saliendo y entrando del agua, luchando cuerpo a cuerpo en el aire durante horas, estruendos tremendos que jamás se habían llegado a escuchar y los terribles combates aéreos prácticamente encima de sus cabezas y presenciados por  toda la población fueron tomados  como avisos divinos. Las gentes queriendo apaciguar lo  que supusieron  como la furia del cielo y suscitados por el clero, comenzaron hacer penitencias, ayunos y  procesiones , mientras que las autoridades, por otro lado, trataron de disuadirlas  a base de cañonazos Estos hechos quedan reputados en una crónica de la época titulada "Discursos de las terribles y espantosas señales aparecidas sobre el mar de Génova, redactadas por Pierre Menier de profesión editor sito en la Puerta de Saint-Victor (París);El documento quedo recogido a modo de  libro pequeño en un  formato usual del siglo VII, este librito consta de siete paginas y esta escrito en provenzal (dialecto Francés neo- latino) imprimido en proyes por Odart Aulmont ,Rue de la Poissonnerie. Es sabido que existe una edición posterior del mismo.

                                                     FOTO DEL ORIGINAL 

                                         

                                    

                                               TRADUCCIÓN

                                            

                                                                           Discursos  de los terribles signos aparecidos en el mar de Génova a principios de agosto con la maravillosa lluvia de sangre que caían del cielo en el lado de Niza y en varios lugares de la Provenza, la apariencia general de dos hombres en el aire que lucharon varias veces en la isla de Martigue, es una ciudad en el mar, a 5 kilómetros de Marsella.

A París por Pierre Menres ier, abrir la puerta de Saint Victor 

                                                      1608   

                            Junto a la copia impresa en Lyón

 

  

 Relato de las terribles señales que aparecieron sobre el mar de Genova a principios de agosto de 1608.

Las maravillas que vemos son probablemente mensajes y avisos celestiales que nos advierten de los males que nos acontecen, y que aparentemente, podemos remediarlos con nuestras oraciones y ayunos, para apaciguar la ira del gran Dios, al que ofendemos cada día. Los romanos cuando veían estas maravillas también  hacían sacrificios a sus dioses

 

 para apaciguar sus cóleras y adorarlos. Nosotros que somos cristianos introducidos en una mejor escuela que presentamos nuestros sagrados y contraídos corazones arrepentidos, pedimos  humildemente al todopoderoso que nos perdone nuestros pecados, queriendo apaciguar su ira justa, y que las desgracias que la justicia se desvíen y sean expulsadas  de nosotros por su santa misericordia

A principios de agosto del 1608 en el mar de Génova, se observaron los signos más horribles que se han hablado o escrito en las memorias de un hombre. Algunos tenían apariencia humana con los brazos cubiertos de escamas y sosteniendo en sus manos, cada uno, dos horribles serpientes voladoras, que saliendo desde el ombligo, se  enrollaban en sus brazos. Ellos salían del mar y lanzaban gritos horribles y espantosos, y a veces se sumergían y sobresalían en otros lugares más alejados, soltando gritos tan terribles que muchos enfermaban del miedo que tenían. Unos parecían mujeres, otros tenían cuerpos de apariencia humana, cubiertos de escamas, cuya cabeza era como la de un dragón. Después del primer día de cada mes se suele ver el gran temor que tienen todos los genoveses. El señorío hizo sacar los cañones para tratar de sacarlos del lugar, y les costó cerca de 800 armas de fuego, pero en vano, porque en absoluto se asustaban. Las iglesias se reunieron y buscaron un remedio definitivo, se hicieron numerosas procesiones y se ordenó el ayuno. Los buenos Padres Capuchinos ordenaron 40 horas en un intento de aplacar la ira de Dios.

 

El 15 de agosto apareció en el puerto marítimo de Genovés tres carros tirados por seis figuras  de fuego con semblanza de dragón.  Estos carros caminaban  en direcciones opuestas , uno al otro, y fueron guiados por las señales que les dictaban  sus serpientes. 

Continuando con sus gritos horrendos,  se acercaron lo suficientemente a Génova, a fin de que el público, o por lo menos la mayor parte, huyera aterrorizado, temiendo los efectos de tal prodigio, pero después de pasar  tres veces a lo largo de puerto y después de haber lanzado tan poderosos gritos que  resonaban en las montañas de los alrededores, todos ellos se perdieron  en ese mar, y desde entonces nadie ha vuelto a verlos  ni conoce alguna noticia de ellos.

Esto hace un gran daño a los Genoveses, algunos están muertos de miedo, como el hijo del Señor Gasparino Loro, o Bagatelo del hermano del señor Antonio. Varias mujeres también se vieron afectadas y tras tener esos temores murieron. Desde que se cantó el Te Deum, todos  han desaparecido.

Desde la costa de Niza a todo el lado de la Provenza, tanto en el mar como en la tierra, se vio caer una lluvia de sangre manchando de rojo las hojas y los árboles frutales. En Toulon, la mayoría de las casas estaban llenas de manchas...

 

Dicha sangre, en el techo y el suelo de la iglesia parroquial de ese lugar en la salida de misa fue vista caer como genuina sangre pura y natural.

El 18 de agosto  en Reillane, todo el pueblo vio la lluvia de sangre y nadie salió de su casa por temor a ser manchado, dijeron que goteaban los techos, a la caída directa de la lluvia.  En Lambesc, el 20 de agosto, llovió tal cantidad de sangre  que corrió a lo largo de las calles, ellos pensaban que habían muerto en su ciudad una gran multitud de personas. En definitiva a lo largo de la costa de Niza a Marsella, llovió sangre durante  varios días. Prodigios ciertamente no sin predecir grandes efectos.

Otras cosas dignas de memoria también llegaron casi al mismo tiempo en la ciudad de Las Martigues. El 22 de agosto, dos hombres aparecieron en el aire, con cada mano en armas y escudos y lucha para que asustaran a los espectadores y después de haber luchado durante mucho tiempo, descansaron un rato    comenzaron de nuevo para luchar durante   2 horas.

    

El 20 de agosto, lucharon a pie y discutían hasta el punto de que parecía que los herreros golpeando sobre el yunque. Al día siguiente fueron a caballo , y los caballos  se agitaban como soldados.A continuación, se peleaban por considerar que uno u otro se calyera. Al día siguiente, algunos dijeron que cada uno de ellos había tomado una boulevert, o fortaleza, y después de bastante buena figura frente a la otra hubo un sonido como disparos de un cañón, tan terrible que los testigos pensaron que era el fin del mundo, y luego el ruido  continuó durante  unas  7 horas, de repente, una nube espesa apareció en el cielo y durante dos horas no se vio mas que la nube y la niebla negra  y sintieron un gran olor a salitre cuando se purificó el aire no había nada de esas fantasías extravagantes.

Estos maravillosos milagros han tocado las almas de muchos cristianos que consideran las maravillas de nuestro gran Dios y sabiendo que solo el es potente y que con su bondad infinita nos quiere advertir, antes de enviarnos el castigo que nos merecemos , algunos somos hechos  religiosos, otros  hacen penitencia para apaciguar la ira de Dios. Para que el Espíritu Santo nos ayude en nuestra buena voluntad.

Que así sea.