SUCEDIÓ UNA NOCHE
Sucedió en la noche más bella.
La luna vestida de plata,
iluminaba la loma
donde un grupo de pastores
descansa tras su jornada.
Todo era paz y silencio
Todo era paz y silencio
noche de sosiego y calma.
Un humilde pastorcillo
Un humilde pastorcillo
reburujado en su manta
y acurrucado a la lumbre
mientras al cielo miraba
Cuidaba su rebañito,
cuatro ovejas, ocho cabras
y un perro fiel y muy viejo
que mordisqueaba sus calzas.
¿Qué sentiste pastorcito
aquella noche estrellada,
cuando esa luz desde el cielo
ilumino la majada?
¿Qué extraña luz era aquella
que a tu rebaño asustaba.
Ladraban, los perros,
saltaban las cabras,
cundio el panico y el miedo
hizo meya en su mirada
Ladraban, los perros,
saltaban las cabras,
cundio el panico y el miedo
hizo meya en su mirada
y cuando un ángel de luz
adquirió figura humana,
una suave y fina brisa
trajo de nuevo la calma,
y dirigiéndose el ángel,
al chiquillo emocionado,
le dedico unas palabras
con los ojos empañados.
Mas sin salir de su asombro
con devoción escuchaban
inmóviles y perplejos
inmóviles y perplejos
el increíble mensaje
que el gran ser les anunciaba.
Volviendo de nuevo el ángel
a su cuerpo celestial
en forma de luz inmensa.
Se desplazo lentamente
hasta llegar al lugar,
indicando a los pastores
donde estaba aquel portal.
Inquieto y apresurado
dejo el pastor la majada
y con un borrego a cuestas,
bajó la loma a zancadas.
Entre riscos y entre zarzas
corriendo por las cañadas
llego hasta la misma cueva
donde el niño se encontraba.
Y ante aquella bella estampa,
tan plena fue su visión.
Que aquel pastorcito humilde
prendado del tierno niño
rompió a llorar de emoción.
Según cuenta la leyenda,
este fiel y buen pastor,
durante toda su vida
fue seguidor del señor.
Y el día de viernes santo
en que moría Jesús,
desconsolado y muy triste
lloraba junto a la cruz.
(Para mi tío Paco con todo cariño )