Qué duro al caminar se hace
el camino
que emprendí a sabiendas, yo
gustosa
y aun sabiendo que era gesta dolorosa,
fue la senda que escogí como
destino.
Buscando el páramo divino.
Un sueño, mi esperanza, un desafió.
Fue la meta que yo puse en mi
camino,
encontrar lo que anhelo y lo
que ansío.
No esquivo la tormenta ¡ la
hago frente!,
librando el destino que me
toca.
Sendero de piedras y de
espinas,
camino de cardos y de rocas.
En tramos, la luz se hará más
tenue
y el miedo, será mi compañía,
la duda, me abrigará en la
noche
hasta que el alba, me desnude
cada día
Y habrá un nuevo sol cada mañana,
una la luz, que ilumine mi
camino
y aunque pise sobre piedras y
entre ramas,
el sol, orienta y guía mi
destino.
Soñaré con llegar allá, a lo alto
detrás, de los riscos y las rocas.
Soñaré que triunfante y victoriosa,
completé mi sendero, ¡jubilosa!,
llegando a mi páramo de rosas.